Actúan: Yanina Gruden y Luciano Ricio

Escenografía: Elisa Sánchez

Vestuario: Merlina Molina Castaño
Realización de Vestuario: Nelly de Carli
Iluminación: Julio A. López
Música: Pix Gregen (Ignacio Llobera - Santiago Johnson)
Presentadora: La Chola Power
Voz en Off: Gerardo García Frkovich
Diseño Gráfico: Gabriel Jofré
Asistencia peruana: Kati Montes - Tania Ruiz
Producción Asociada: María Solari
Asistencia de Dirección: Mariangeles Bonello

Dramaturgia y Dirección: Mariano Tenconi Blanco



2da Temporada

Domingos a las 21 hs.

ELEFANTE Club de Teatro
Guardia Vieja 4257. Ciudad de Buenos Aires.

Reservas al 4821 2136

Esta obra formó parte del ciclo EL PORVENIR (teatro sub30)

agradecimientos: alejandro tantanian, club defensores de bravard, el porvenir, efímero, club cultural matienzo, elefante club de teatro, nahuel cano, los muchachos de la casa de carranza, federica presa, manuel heredia.

viernes, 23 de septiembre de 2011

HOY: ¡¡¡Estreno!!!

Hoy, Viernes 23 de septiembre, a las 23.15 hs en Elefante Club de Teatro, el ESTRENO.

Izumo y Ollantay en LIMA JAPÓN BONSAI.

Javier Héraud

Yo nunca me río
de la muerte.
Simplemente
sucede que
no tengo
miedo
de
morir
entre
pájaros y arboles


Javier Héraud
"Yo no me río de la muerte", de El viaje (1961).

Y.G.


Javier Héraud fue un poeta y guerrillero peruano.

Murió acribillado en un enfrentamiento contra la policía peruana.

29 balas perforaron su cuerpo en medio del río Madre de Dios, a los 21 años de edad.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Nuestra Revolución es la ficción

Hace días tengo en la cabeza ciertos temas sobre la revolución y la ficción, que quiero escribir y no sé por dónde empezar. Casualmente, hablamos con Yanina Gruden, la actriz de la obra, sobre estos temas, y su entusiasmo hace que todo parezca cerrarme, y finalmente escribo lo que creo que quería escribir.

1)      Saldo la deuda: Muchas veces siento que la revolución de la ficción es leída como gesto de liviandad, o como protoparodia de lo revolucionario, y nada más lejos de eso. Nuestro gesto no es irónico ni engreído, es sincero. Somos artistas, y creemos que nuestro trabajo puede ser un arma revolucionaria. ¿Cúal es nuestra arma? La ficción.

2)      Yanina me dice: “nosotros no somos cool. Nosotros hacemos un teatro popular”. Ensayo a ensayo fui notando que cada día había una defensa de la obra, por parte de Luciano y de Yanina, que era mayor. Esta militancia, esta causa que nos proponemos, “hacer teatro para revolucionarios”, “hacer teatro como quién hace la revolución”, “hacer ficciones que sean revoluciones”, se hacen carne en ellos. Ellos dan todo. Ellos creen. Ellos hacen la revolución. Yanina me alegra con lo que me dice. “Quiero hacer teatro para que vaya a vernos gente que no va al teatro”. Yo la escucho, y me contento de que tengamos como grupo un objetivo claro. Hace cinco meses, cuando empezamos a ensayar, lleno de ilusión y temores les llevé a los actores varios textos analíticos que incluían citas de Marx. Luciano ya había trabajado conmigo. Yanina no. Hoy me dice: “nuestro teatro es político y revolucionario”. Estrenamos en dos días, pero mis actores me hacen dormir tranquilo.

"Besos robados", la telenovela de las pitucas del Perú.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Ensayos técnicos

La escenógrafa martilla. El diseñador de luces y quién se encarga de la técnica en la sala arman una mini sociedad y frenéticamente cuelgan faroles, acomodan otros, ponen filtros, se hablan entre ellos (y encima quién oficia de técnico se llama Mariano como yo, entonces me doy vuelta trescientas veces cuando  no me hablan a mí, lo que amplifica mi sensación de inutilidad). De vez en cuando, también,  me doy cuenta de que estoy en el medio del paso y me ubico en otro lugar. Pasa una escalera. Suenan las pistas a volúmenes abominables. La historieta sigue. Todos prueban cosas, objetos. Yo sentado en el piso (¿por qué me siento en el piso y no en la platea que tiene muchas sillas?) veo a los actores, Luciano y Yanina, cambiados como los personajes y tan aburridos como yo. ¿Por qué no nos vamos los tres a ensayar a otro lado? Dejemos a esta gente con su locura de herramientas y artefactos. Ellos (escenógrafa, vestuarista, iluminador, etc) son indispensables, y su trabajo no es solo técnico, eso todos lo sabemos, pero sí a estas alturas de los ensayos. Todo se me aparece como demasiado real. Necesito de la ficción, de la imaginación, de otras vidas, de campesinos enamorados de niñas ricas revolucionarias con uniforme de colegio privado. El tiempo pasa. Los que trabajan siguen trabajando. Miramos la hora. Un gesto, y ya lo sabemos. Yanina se viste de civil. Luciano también. No habrá Izumo y Ollantay hoy. Yo me fastidio como un chico. A seguir en el mundo real. Miro mi agenda, a ver cuándo es el próximo ensayo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

a 1 semana del estreno

 Estrenamos en 1 semana. Estamos menos alterados que otras veces; seguramente la experiencia del festival El Porvenir nos haya dado cierta tranquilidad. Sí estamos ansiosos, con ganas de que todo empiece. Por otro lado, yo experimento más que en otras obras esa extraña sensación de no querer dejar de ensayar esta obra.





Sea como sea, queda una etapa compleja, la de los generales, la de los ajustes técnicos. Una amiga me aconseja: disfrutala; eso intento hacer.


En una semana termina, en una semana empieza...




Yo mientras tanto dejo un par de fotos tomadas por la escenógrafa, Elisa Sánchez, en los ensayos previos a estrenar en El Porvenir, en el C.C. Matienzo.

domingo, 11 de septiembre de 2011

El amor como ficción revolucionaria

Con afán de inventario, ahí vamos.

Romeo y Julieta: bueno, esta la sabemos todos; dos jóvenes se enamoran a pesar de la rivalidad de sus familias, deciden darle para adelante de todos modos a la historia de amor, se aman re a pleno, y una serie de acontecimientos trágicos los llevan a suicidarse juntos.

Los amantes suicidas, de Chikamatus Monzaemon: drama japonés, luego adaptado al kabuki, del 1700, parece. Nos importa la historia, y es básicamente esta: un joven huérfano llamado Tokubei se enamora de una prostituta, Ohatsu. Claro, el amor no puede ser. Obvio que no. El final, entonces, así de rápido vamos con esto: Tokubei ata de un árbol a Ohatsu, le corta la garganta con una navaja, y mientras ella lentamente va muriendo él se corta su propia garganta con la misma navaja. Sí, el animé tiene varios siglos.

Ollantay (drama escrito en quechua, de origen incaíco): Ollantay, guerrero plebeyo (ascendido a noble por sus hazañas militares, ascendido pero no tanto, así es el pretendido ascenso social) se enamora de Cusi Coyllur, hija del inca Pachacútec. Esto es, claro, un amor prohibido, porque parece hay ciertas normas del imperio que dicen que nadie que no sea de linaje inca puede casarse con una princesa. Ollantay, ciego de amor, sigue adelante, y ahí toda la historieta de lios entre Ollantay y Cusi.

El Potro Rodrigo: “Ella multimillonaria y del más alto nivel, terminó la secundaria con un promedio de diez. Sus amigas sorprendidas, no lo podían creer, que una noche distraída, del baile se fue con él. Ese vago atorrante, que nunca tuvo un cospel, le puso el pecho de arranque, erizándole la piel. Con chamuyos elegantes, le pinto el mundo al revés, para que siempre lo banque, de primera la hizo bien. El amor sobre toda diferencia social, dentro del calendario, cada día se va, a pesar de las dudas y del que dirán, el amor puede más”.
El amor se basa en la ficción. El amor es una construcción ficcional que afecta lo real. Todas las ficciones afectan lo real. Por eso las ficciones pueden cambiar el mundo. Uno, como  Romeo, Julieta, Ollantay, Tokubei, El Potro, podría matar o morir por amor. El amor es revolucionario. El amor es la ficción revolucionaria.


Por eso hicimos una obra de amor.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Cultura Chicha y LIMA JAPÓN BONSAI

Siento que será absurda e infructuosa la tarea de describir el chicha. A nosotros, en Argentina, la expresión más acabada de lo chicha nos llega desde Wendy Sulca (no sé si más acabada, es lo más cercano a conocer el chicha, al menos). Pero claro, la lectura es errónea. La tentación es pensar en un alto grado de ingenuidad, o en una malvada mano latinkitsch detrás del hacedor de esos videos.
A uno de los ensayos vinieron a ayudarnos con cuestiones del lenguaje dos amigas peruanas, Kati Montes y Tania Ruiz. Hablamos mucho, nos contagiaron su entusiasmo, y nos fueron de gran importancia en la asesoría, desde en entrenarnos algo del tono del habla, hasta en darnos cierto background de novelas peruanas, o películas. Hablamos, por supuesto, de la cultura chicha, y recién en esa charla terminé de comprenderlo todo.

La chicha, siendo reduccionista (no me propongo antropólogo) surge del cruce de la cultura provinciana o andina con la cultura de la ciudad (Lima). Es altamente popular. Lo que surge, sus productos (musicales, por caso) no son parodia. Son. Simplemente eso. Son. No es un gusto por el mal gusto, porque eso sería pose (eso anularía el gesto, aún más, afirmaría el gusto por el gusto). Eso sería kitsch, o camp. Acá en Argentina (en Buenos Aires debería decir), justamente, estamos tentados a eso, al camp. A tomar la expresión por su disfunción, en una pose irónica y elitista. Por eso fue importante no leer camp a la chicha. Lo chicha no da para camp. Lo chicha niega el gusto. Lo chicha niega el juicio estético. Es una estética sin parámetro. Un anti-canon. Una estética popular y subversiva.
Allí donde no pensaba encontrar nada, encontré un germen revolucionario. Una revolución formal (¿acaso no lo son todas las revoluciones?)

De esto, surgió un segundo problema. Hacerla con actores entrenados y en Buenos Aires era inevitablemente, si queríamos hacernos los chicha, un gesto falso. Así, las decisiones estéticas tienen un devenir chicha, pero son otra cosa, otra cosa que se sirve de los mismos elementos (populares, anticanónicos, mixtura de diferentes géneros), con la intención de generar una experiencia análoga verdadera, con el afán de reproducir esa subversión formal, de crear nuestro propio lenguaje teatral chicha revolucionario.

Buscamos crear una expresión teatral que sea popular y que esté por fuera del canon. Discutir las relaciones de poder sobre el gusto. Discutir el occidentocentrismo. Actuar en contra del gusto. Desarmar el mecanismo del gusto, pero paradójicamente, afirmando la calidad. Porque no encontramos otra opción para negar el gusto, que negarlo por fuerza afirmativa, por intensidad de actuación, negar el gusto en donde el gusto pretendidamente progresista es burgués. Y allí, otra vez, la vieja lucha contra el realismo, la apuesta por la imaginación. La ficción: inventar nuevos mundos, crear algo que extiende los límites de la realidad. Crear, y creer: con la ingenuidad del chicha, con la ingenuidad de los amantes.

Original Chicha: Chacalón

Cultura Chicha: Wendy Sulca

Blog: un diario de ensayos

Ensayo una obra nueva y, actitudes de grafomaníaco, me propongo abrir un blog  para utilizarlo como diario de ensayos. Definitivamente no lo logro. Me hubiera gustado. Pienso eso, nostálgico de mí mismo. La experiencia de LIMA JAPÓN BONSAI fue altamente positiva. Todos los ensayos tuvieron precisamente eso, un signo positivo. Todo fue amable, feliz y progresivo. ¡Cuánto me hubiera gustado escribir día a día la felicidad que me dieron esos ensayos! Solo me queda, ahora, hacer esta escena melodramática. ¿Para qué? No lo entiendo. Aún así, sigo.

Busco en mis notas, entonces, en esas notas que abonarían diariamente este blog hasta hoy huérfano, y veo que el primer ensayo fue el 21 de abril. Por supuesto, no significa nada. Un día en un calendario. Casi cinco meses después me siento a “hablar” de los ensayos. Como si quisiera con esto detenerlos, volver al 21 de abril. Quiero estrenar pero quiero seguir ensayando la obra. Será eso. Tengo un principio de explicación. ¿Eso me deja contento? En verdad no. No necesitaba explicación.
Sigo reponiendo el pasado. Nahuel Cano me eligió para El Porvenir (festival de teatro sub 30, en que los directores del año anterior eligen a los del siguiente). Ambos convivíamos en otra lindísima experiencia de ensayos que fue Las Islas, dirigida por Alejandro Tantanian (Nahuel como actor, yo como asistente). Así, escribí durante el verano (¿será enero y febrero, febrero y marzo?) la obra.  También fue clara y limpia la escritura, casi sin esfuerzos (será por eso que no recuerdo ni siquiera en qué momento la escribí, casi como si ya la tuviera escrita). En verdad, antes de escribirla (y el capricho de mi memoria dicta lo aleatorio de este racconto) armé el cast. Primero me contacté con Yanina Gruden, compañera mía en el Sportivo 2008 y 2009, con quién hace tiempo queríamos trabajar juntos. No sé por qué, pero quería una obra de un chico y una chica. Luego del ok de Yanina (ok a nada, porque no había nada) le dije a Luciano Ricio, con quién había trabajado en Montevideo es mi futuro eterno. Hecho el cast, luego se fue sumando el resto del equipo: Angie Bonello, Merlina Molina Castaño, Ignacio Llobera y Santiago Johnson, Gabriel jofré, Elisa Sánchez, Julio López, María Solari…
Recuerdo del texto que yo quería trabajar algo japonés (y debe haber sido capricho de una semana, por qué tampoco sé que me movía en esa dirección) y luego de detectar que había una distancia enorme con eso (¿con Japón? ¿estaría haciendo geografía ahora?) caí con tanto azar como desconocimiento en la idea de trabajar lo peruano-japonés, dentro de mi serie “Canciones de Amor para hacer la Revolución”. Allí apareció el hecho histórico, y encontré el posible puente.
Creo que no recuerdo nada más, ni siquiera ese 21 de abril.
Ensayamos en Bravard, y el lugar también nos fue muy grato, con el sol entrando por las ventanas de Reflejos y Áspero. Ensayábamos de mañana-mediodía. Es mejor ensayar de día, pienso.
Pre estrenamos una versión reducida (de 25’) en El Porvenir, otra experiencia muy linda…
Luego pasamos a ensayar en la sala que estrenaremos, el Elefante, y todo sigue igualmente bien.
Siento aburridísima esta mala cronología. No funcionó.
Y justamente, todo lo demás sí. Todo funcionó tan perfectamente que no necesitó de lenguaje como medio. Siento que la falta de lenguaje me deja a mí sin la experiencia. Pero también siento que algo de esa alegría está en mí, en todo lo vinculado a la obra. Seguramente estas líneas sean el intento de retener algo que se va.
Sabemos que estrenaremos el 23 de Septiembre de 2011…  Ojalá que cada función sea para los espectadores lo que fue para mí cada una de las mañanas de ensayos.